Uno de los problemas comunes que se observa en las familias de hoy, son padres que admiten tener dificultad para poner límites a sus hijos. Y es que la mayoría de padres de esta generación no se identifican con una educación basada en el autoritarismo, sin embargo, la mayoría, por miedo a no ser aquellos padres, terminan cayendo en el otro extremo: la “permisividad”. Pero qué pasa, al ver que este estilo de disciplina no funciona, empiezan a ser autoritarios; luego surge la culpa y vuelven a ser permisivos, creando gran inestabilidad en los niños, quienes terminan haciendo lo que creen más conveniente.