Más años de escolaridad, tardía inserción en el mundo laboral y factores culturales que refuerzan el vínculo sanguíneo con la familia son algunos de los factores que explican que hoy los jóvenes chilenos continúen viviendo con sus padres hasta avanzada edad. Según la VII Encuesta de Juventud 2012, del Instituto Nacional de la Juventud (Injuv), a los 29 años, el 38% de los jóvenes sigue bajo el techo de sus padres; cifra que sube al 61% a los 25 años, edad en la que en teoría ya se ha terminado una carrera técnica o profesional y se ha ingresado al mundo laboral. La mayoría son hombres (81% contra 79% de mujeres) y de estrato económico alto.