Los deseos forman una parte fundamental del modo de vida y, sobre todo, de la continuidad de la empresa familiar. Van ligados a lo más profundo de la experiencia emocional y expresan la esencia del sistema de valores de cada uno. Pero, lo que más les caracteriza es que son incontrolables. Se escapan a la razón y ceden ante la presión. Es por ello que a veces en las empresas familiares surge el conflicto entre padres e hijos cuyos deseos no concuerdan.