La banca ha sido el desencadenante de esta crisis brutal, la más larga desde la Segunda Guerra Mundial, y para salir a flote ha necesitado ayudas de miles de millones de euros de dinero público. En España el plan de salvación de los bancos ni está terminado ni está dando los frutos buscados. No sólo el grifo del crédito sigue cerrado un año después del rescate, sino que además se agravan las restricciones a la financiación.